Instinto de supervivencia


¿Conoces lo que es el instinto de supervivencia? ¿Esa reacción natural e involuntaria ante el peligro, la escasez o la amenaza, con el único fin de mantenernos con vida?

Sabes jugar al fútbol. No en vano es lo que siempre has hecho desde pequeño y la gente dice que lo haces bien, muy bien. Tus compañeros también son fantásticos, un grupo inmejorable y juntos conformáis un magnífico equipo, con nombres consagrados y futuras estrellas, como tú. Os gusta el buen fútbol, de toque y lo demostráis en cada partido. Uno se divierte mucho más jugando así ¿no?

Hoy es un día especial. Te enfrentas al mejor equipo del mundo y en un marco incomparable. Qué mejor escenario para demostrar tú valía. Tus compañeros están motivadísimos, con confianza y parece que les va la vida en ello. Es un espíritu contagioso. Las órdenes del entrenador están claras. Hay que salir a muerte, a hacer lo que siempre habéis hecho, a divertirse. Mismo dibujo, mismas pautas mil veces ensayadas y con la certeza de haber trabajado duro. Esperando este momento. Será un duelo de tú a tú, bonito, el rival juega a lo mismo te dices a tí mismo... O eso creías.

Conforme pasan los minutos las piernas empiezan a fallar y no entiendes nada pues físicamente estás hecho un toro. No quieres echarte atrás pero tu cuerpo no responde y reculas sin darte cuenta. Cada vez más metido en tu campo. No tienes la pelota, la ves que se mueve, de un lado a otro y te estás cansando. Miras a tu alrededor y todos tus compañeros parecen tener la misma cara grisácea, sus piernas parecen pesadas y no se atisba ni pizca del ánimo que parecía rebosar antes del encuentro. No les sale nada. Se saben inferiores. Te suena. Todo es tan familiar...

Se te olvida a qué estabas jugando o a qué solías jugar, todo lo que habías aprendido durante todos estos años. No pareces tú y te agazapas enseñando los dientes sólamente cuando te sientes amenazado. Esperas a que tu rival se confíe para darle un zarpazo, pero no se duerme, el balón sigue de un lado a otro, cada vez estás más acorralado y los únicos respiros que te da el rival son Dióxido de Carbono. Ya sólo buscas sobrevivir, tu valor más primigenio. Esperas la lotería, que te toque el premio pero... ¿cuántos boletos has comprado?

En un instante te han matado, ya estás muerto. Y mientras el rival celebra su merecido triunfo empiezas a recordar cómo se jugaba a esto del fútbol, cuál era tu estilo, tus valores en este deporte. No dejas de maldecir y te sigues preguntando cómo demonios no has disputado cara a cara el encuentro si posiblemente tú y tus compañeros teníais la calidad suficiente para haberlo hecho.

Es el instinto de supervivencia muchacho, eso es todo.

4 comentarios:

Jaume dijo...

Je je je... Buen articulo.

Tiago Nogueira dijo...

Ola,

http://footinmyheart.blogspot.com/

Se concordar podemos fazer un intercambio de enlaces

Com os melhores cumprimentos,

Tiago Nogueira

Julián Martínez dijo...

La verdad que nadie ha comentado nada sobre este artículo pero he oído buenas críticas sobre él a las cuales me sumo.

Es curioso como se asocia el texto con la final del Mundial 2010 (también la foto ayuda), pero en realidad se podría asociar a otros partidos/equipos.

leobardo.moreno dijo...

juego de mentalidad, patadas y golpes...muy buen articulo

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