En la noche de hoy hemos podido presenciar uno de esos partidos que ganan el calificativo de clásico. A nadie que lo haya visto podrá olvidársele aquel R. Madrid – Milán de Copa de Europa de 2010. Copa de Europa, si. Un verdadero clásico que tuvo de todo. En el partido se impusieron la casta y la calidad por encima de las estrategias. Un partido donde las acciones individuales -tanto aciertos como errores- fueron determinantes. Donde los hombres grabaron sus nombres en letras de oro en un estadio como el Bernabéu.
Lo esperado y Raúl
Leonardo visitaba por primera vez el Bernabéu con un equipo lleno de dudas; un Milán que venía de ganar in extremis a la Roma en el Calcio. Leonardo alineó un claro 4-3-3 con Pirlo, Ambrosini y Seedorf en el centro del campo. En punta Ronaldinho por la izquierda, Pato por la derecha e Inzaghi como estilete.
El Milán siguió el guión esperado, cediendo el mando del partido a los blancos y centrándose en tareas defensivas. Ocupando todas las zonas del campo para estirar lo posible al Madrid. En ataque sólo Pato demostró que era capaz de amenazar a la defensa merengue. El Madrid contaba con el control del partido pero su juego se atascaba en la zona de tres cuartos. La movilidad de los hombres de arriba descolgándose para ayudar en la construcción era el arma con la que atacar al sistema defensivo italiano. Kaká además se movía liberado apareciendo por todas las zonas del ataque pero muy lejos de causar peligro.
Raúl, futbolista Champions
La apuesta funcionaba para los milanistas hasta la aparición de Dida y Raúl. Sus acciones en la misma jugada son las que marcan en esta clase de partidos. Dida no blocó un balón y Raúl apareció haciendo lo que mejor sabe hacer: creer. Robó el balón y marcó. Raúl, crecido ante la trascendencia del choque brilló. Apoyó a la zona de medios y participó en el juego. Siempre estuvo presente. Su gol hizo que el Milán se desesperezara un poco y saliera a buscar algo más. Como forzado por el error de su portero.
Destacar negativamente a Thiago Silva en la primera parte. Cometió algún error de bulto similar al de la pasada jornada frente a la Roma que costó un gol. Éste joven de 24 años está mostrando la dificultad de actuar de central en una escuadra como la milanista.
El Milán resurge
Al comienzo de la segunda parte el Madrid mantuvo el partido. El Milán iba más arriba y casi por azar, como el Madrid en la primera parte, se encontró con el gol de Pirlo. Para entonces Ronaldinho, gris en el global, se había activado y Seedorf empezaba a conquistar el centro del campo del Bernabéu.
Seedorf, hombre clave en el centro del campo del Milán
Entonces reapareció Pato. Siempre amenazante con sus apariciones desde el ala derecha, recogió el pase de Ambrosini y esquivando a los defensas y a Casillas dió la vuelta al marcador. Pareció que todo había sido un sueño. El Milán, que había hecho muy poco había volteado el marcador en cinco minutos ante un Madrid que había perdido su fuerza inicial. El Milán remontó por casta. Por casta y por calidad que no por fútbol.
Final apoteósico
Con treinta minutos para acabar, el partido cambiaba completamente de cariz. Ahora era el Madrid el que tenía que irse arriba y solo le quedaba el orgullo. Orgullo de nuevo personificado en su capitán que puso el balón a Drenthe para que en un chispazo empatara de nuevo el partido.
Para entonces el juego se había vuelto completamente loco. Raúl había tenido el tercero en una acción invalidada, el Milán vió como se le anulaba un tercer gol y entonces se desató la tensión sin balón de por medio. En esos momentos sólo quedaba en ambos equipos la ambición de buscar la victoria. Ahí fue donde, una vez más, se impuso Alexandre Pato. Pato es el Milán en si mismo. Todo lo diferencial que puede hacer el equipo en ataque depende de él. De un chico de 20 años. Entre tanto dinosaurio futbolístico, él es la referencia y la diferencia. Solo por él se puede entender que el Milán venciese en esta noche europea del Santiago Bernabéu. Por él, por su calidad y por la veteranía de Seedorf (33 años) que siempre sacó ventaja en el centro del campo. En pequeñas acciones. Haciendo circular el balón con sentido, sabiendo sacar una falta favorable o sirviendo el tercer gol con una sangre fría que maravilla.
Pato, futbolista de proyección enorme
En un partido venido a menos por la situación de ambos equipos, el Madrid en fase de construcción y el Milán en una etapa de indefinición, las diferencias las marcaron los hombres. El Milán siguió la pauta; mismas carencias y dependencias que contra la Roma: errores graves en la defensa y dependencia de Pato. El Madrid pecó de inconsistencia y se vió la cara mas Schuster de este equipo. Dominó por momentos, pero solo tuvo pasión. La pasión de un partido de Champions League de los de la vieja escuela.
2 comentarios:
Mención especial al arbitraje, con un penalti clamoroso no pitado a Benzema y un gol incomprensiblemente anulado al Milán. Sin duda, tanto el árbitro como los líneas se vieron sobrepasados por la importancia del choque.
Por cierto, no quiero olvidarme de Ramos naufragando contra Ronaldinho durante casi todo el partido, Xabi Alonso desaparecido, Kakà bloqueado completamente ante su ex-equipo y Casillas cantando en el primer gol de Pato. Además, me queda la sensación, tras ver la repetición del gol de Pirlo, de que Casillas no despeja el balón porque cree que va fuera.
No me gusta hablar de árbitros por lo general pero si es cierto que anoche el colegiado y su equipo tuvieron una actuación cuestionable.
En todas las líneas del Madrid hubo participaciones discretas. Es difícil de comprender porque venían de hacer un muy buen partido contra el Valladolid. Yo estaba totalmente seguro que los jugadores iban a darlo todo y a hacer un partido memorable, pero no fue así. Veremos que pasa en San Siro.
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