Por
Julián Martínez
La mano de Quique Sánchez Flores se hace notar ya en el Atlético. Los colchoneros no hacen un fútbol espectáculo. No ganarán todos los partidos y puede que ni siquiera un título esta temporada. Pero lo más importante para un club tan convulso como el del Manzanares a día de hoy era remontar el vuelo (principalmente en La Liga) y, sobretodo, recuperar anímicamente a la plantilla. Algunos jugadores que tenían la moral por los suelos han recuperado la confianza. Caso de Reyes, caso de Forlán, Simao o Agüero -al que las lesiones no le han permitido una continuidad-. Además, se ha dado salida a jugadores con los que no se contaba: Maxi Rodríguez (Liverpool) y Sinama Pongolle (Sporting Lisboa) y se han traído a otros como Salvio (Lanús) y el cedido Tiago (Juventus).
"Había soñado con el 5-1"
¿Y en números? Si el equipo con Abel sumó 7 puntos en las 9 primeras jornadas de campeonato, con Quique el At. Madrid ha logrado 13 en 8 jornadas aupándolo a la onceava posición. No es una enorme mejoría, pero algo hay. Además, tras el fiasco de la Champions League donde fueron apeados sin ganar ninguno de los seis partidos, siguen vivos en dos competiciones (no contaremos La Liga...): la UEFA League y la Copa del Rey. Brillante fue el pase en la última ronda de octavos disputada entre el Atlético y el Recreativo de Huelva. Los rojiblancos remontaron -por primera vez en su historia- el 3-0 de la ida con el 5-1 del Calderón. Para mí, esto dice mucho. Remontar (también lo hicieron en Liga contra el Sevilla), conseguir un hito histórico o anotar muchos goles (véase el 0-4 al Valladolid) son síntomas de mejoría anímica y de cambio de actitud de los jugadores a los que veo sentirse más valorados y en sintonía con el míster. Estoy seguro que con él ese vestuario será mucho mas feliz. Quique parece un hombre trabajador, cercano, romántico del fútbol y cachondo. Buenas virtudes.