Ya nunca volverá a ser 'el pupas'


Foto: uefa.com

Consiguió el Atlético saldar su deuda con Europa 48 años después de la Recopa de 1962 contra la Fiorentina. Lo hizo imponiéndose al Fulham inglés en Hamburgo en la final de la Europa League. Dos goles de Forlán dieron la victoria a un At. de Madrid que tuvo que sufrir hasta conseguir el segundo gol cuando la prórroga se acababa.

Contaba Quique Sánchez Flores esta semana que de pequeño soñaba mas con ser entrenador  que jugador. Recordaba que cuando era pequeño organizaba en el suelo de su casa partidos de chapas con redes como porterías. Él se preocupaba mucho porque su tía, Lola Flores, no le desmontara todo con los tacones cuando entraba a casa. Quique, reconocía emocionado al final del partido que ésta era su mayor victoria en el mundo del fútbol. No le vamos a defender su fútbol ahora, pero quiero destacar su labor.


Recuperar a Reyes, apoyar a Forlán en algunos momentos duros esta temporada, dosificar a Agüero, dar entrada a De Gea en el equipo... En general, dar la vuelta a un equipo que parecía hundido a principio de temporada, que cayó eliminado de la Champions League y que sufrió en la Liga. El Atlético, con Quique, ha seguido moviéndose dentro de la irregularidad, pero ha conseguido sacar mucho rendimiento a contados esfuerzos. De ahí sus éxitos en las dos competiciones que han jugado en eliminatorias: Copa y Europa League.

Destacar a Agüero y Forlán como los jugadores más determinantes que han llevado al club a conseguir este título. Dos jugadores que por calidad destacan en un equipo del que sería más sencillo indicar  defectos que virtudes futbolísticas. La debilidad defensiva es uno de esos puntos débiles. En la final de hoy Ujfalusi, Perea y Antonio López dieron una nueva muestra de ello. Como ha sido tónica todo el año.

El Fulham peleó y fue un duro rival, pero le faltó calidad para desequilibrar en la segunda parte, cuando más arrinconó al Atlético. Los de Madrid fueron dueños durante la primera parte y gozaron de ocasiones para cerrar la final con holgura. En el segundo tiempo los colchoneros se desinflaron físicamente. El Fulham no supo ganar y el Atlético no pudo. Todo se resolvió en la prórroga.

Eliminatorias del Atlético contra Liverpool y Valencia no son ejemplos de gran fútbol ni  permiten llenar estudios tácticos profundos. Son, en cambio, ejemplos de fútbol de ida y vuelta, a pecho descubierto, donde los ataques se imponen a endebles defensas, se ven muchos goles y la emoción fluye a borbotones. Contra ese fútbol de calidad que enamora a todo el mundo, el que vimos esta temporada en la UEFA Europa League hace también atractiva la competición y sirve para sumar adeptos.

El Atlético podrá quitarse esa etiqueta de pupas que tanto se ha alimentado en las dos últimas décadas y que considero inapropiada para el que hasta los años ochenta ha sido el segundo equipo más importante de España. Tienen una final de Copa del Rey pendiente y años por delante para  demostrar que han vuelto para quedarse.

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